viernes, 10 de junio de 2011

Espías existen en todos lados

Hubo casos sonados de agentes dobles que trabajaban para los soviéticos desde puestos relativamente poco destacados. El británico John Walker, ex oficial de la Marina, operó en Estados Unidos desde finales 1960 hasta mediados de la de 1980. Los rusos le pagaban 1 000 dólares semanales por dirigir una red familiar de espionaje, formada por su hermano Arthur, teniente retirado de la Armada, y su hijo Michael, tripulante del portaviones USS Nimitz.

 Otros “topos” son conocidos como “dormilónes”.
Estos “dormilónes” entran en un país extranjero con documentos falsos y se infiltra en los altos círculos del gobierno.
El matrimonio estadounidense de origen polaco Peter y Helen Kroger, formaban una pareja – equipo de espionaje. Los Kroger matenian un enlace radiofónico con la KGB hasta que fueron arrestados.
 

 
 

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