viernes, 10 de junio de 2011

Espías existen en todos lados

Hubo casos sonados de agentes dobles que trabajaban para los soviéticos desde puestos relativamente poco destacados. El británico John Walker, ex oficial de la Marina, operó en Estados Unidos desde finales 1960 hasta mediados de la de 1980. Los rusos le pagaban 1 000 dólares semanales por dirigir una red familiar de espionaje, formada por su hermano Arthur, teniente retirado de la Armada, y su hijo Michael, tripulante del portaviones USS Nimitz.

 Otros “topos” son conocidos como “dormilónes”.
Estos “dormilónes” entran en un país extranjero con documentos falsos y se infiltra en los altos círculos del gobierno.
El matrimonio estadounidense de origen polaco Peter y Helen Kroger, formaban una pareja – equipo de espionaje. Los Kroger matenian un enlace radiofónico con la KGB hasta que fueron arrestados.
 

 
 

Un caso de espionaje, algo fuera de lo común.

lExistieron espías como Heinz Felfe, antiguo oficial de las tropas de asalto nazis.
 
lFelfe alcanzó en 1950 un puesto prominente en el Servicio de Espionaje de Alemania Federal y al año siguiente, en 1951, Felfe aceptó trabajar para la NKVD, posteriormente denominada KGB por un salario mensual de 1 500 marcos alemanes.
 
lPasaría los siguientes 10 años como espía doble proporcionando “desinformación” acerca de la KGB y, en cambio, enviaba a los rusos datos muy valiosos sobre la red alemana de espionaje.
 
lLas actividades de Felfe supusieron la perdidad de 94 contactos alemanes tras el Telón de Acero, de entre ellos 46 agente alemanes. Estos acontecimientos junto con la adquisición de una lujosa mansión por parte de Felfe, provocaron las sospechas en la contrainteligencia de la Alemania Federal. En 1961, se descubrieron sus actividades y posteriormente detenido y condenado a 14 años de prisión.
 
 
 

jueves, 9 de junio de 2011

Historias de amor y de espías

Agentes comunistas seducían a funcionarias de Alemania occidental Y ellas les contaban todos los secretos


En tiempos de la Guerra Fría, cuando Alemania estaba dividida, los espías de la parte oriental y comunista no sólo hurgaban en los secretos del enemigo capitalista; también se convertían en Romeos para introducir en el negocio a enamoradizas chicas, empleadas en ministerios occidentales. El servicio secreto ruso -el temible KGB- tenía un batallón de galanes con labia y tacto para seducir a potenciales Mata-Hari. Busquen a las secretarias. Son mejores que los jefes, habría ordenado el director del espionaje de la Alemania comunista, el célebre Markus Wolf, que reportaba a Moscú.Los nuevos datos surgen de publicaciones editadas en estos días en Alemania, con motivo de cumplirse el 9 de noviembre los diez años de la caída del Muro de Berlín. En su libro Espías por Amor, la periodista alemana Marianne Quoirin explica que los Romeos preparaban sus golpes con la precisión de un comando: se planificaba hasta el último detalle del acercamiento, la seducción, la posible escena al revelarse que él era un espía, el plan para fugarse y la presentación del colega, a quien, tras un tiempo, se dejaría como nuevo correo de la mujer engañada.Así, por ejemplo, el agente Heinz Sütterling recibió a fines de los 50 la orden de conquistar a una secretaria en una posición clave en el Ministerio de Relaciones Exteriores de Alemania occidental. Sus jefes le presentaron las biografías y las fotos de varias candidatas. El apostó por una chica de buena familia llamada Leonore.Una tarde se presentó en la puerta de su casa con un ramo de rosas rojas y preguntó por una mujer con otro nombre. Leonore le dijo que no era ella, que todo era una confusión, pero finalmente terminó cenando con el desconocido.Según relata en su libro de memorias el ex profesor de espías Heinz Günther, los servicios secretos de la Alemania comunista -la Stasi- daban clases sobre las opiniones características, los aspectos psicológicos y los intereses sociales de ciertos grupos de alemanes occidentales con los que se buscaba entrar en contacto .Entre los más buscados estaban los estudiantes, los científicos y, sobre todo, las secretarias. De éstas se estudiaban las debilidades, los gustos, los traumas y las tendencias, para facilitar luego el acercamiento. Se seleccionaban las que fueran políticamente correctas, indiferentes, estuvieran solas, salieran de un fracaso amoroso, fueran de carácter débil o tendieran a la depresión.Estas historias eran sabidas entre las miles de secretarias de los ministerios de Bonn, ciudad de Alemania donde el novelista John Le Carré trabajó y recogió ideas para sus famosas novelas de suspenso. Las empleadas debían asistir a sesiones de cine con películas testimoniales de mujeres que habían caído en la trampa, habían sido espías y habían fracasado. En los despachos había además afiches en los que se veía una pareja idílica con la siguiente leyenda: ~Cuidado! Hay una clave que abre todas las cajas fuertes: el amor.Como estaban advertidas sobre el peligro, algunas secretarias hacían investigar a sus nuevos novios. Así actuó Leonore, la hija de un renombrado abogado, que tenía un puesto de secretaria en el Ministerio de Exteriores. Les dio a sus jefes todos los datos de su nuevo amigo, el fotógrafo Heinz Sütterling, quien casual y sospechosamente había aparecido una tarde en la puerta de su casa. Poco después le respondieron que se quedara tranquila, que su prometido estaba limpio. Cuando Leonore y Heinz se casaron en el 60, ella ignoraba que su flamante esposo era un agente del KGB. Poco después, bajo el alias Lola, ella también lo sería. Comenzó a dar información y a entregar documentos a su marido hasta que, en el 69, el jefe de ambos se pasó a la CIA y los denunció. Leonore terminó en prisión, donde al poco tiempo se suicidó.Como ella, al menos otras quince secretarias de los ministerios de Alemania occidental fueron procesadas por trabajar para servicios secretos orientales.Algunas lo hacían sólo por no perder un amante o un amigo. Otras, por amor a la aventura o porque las fascinaba el mundo clandestino de los servicios secretos, escribe la periodista Quoirin.Durante su juicio en Düsseldorf, Gerda O. explicó: Con el espionaje, de repente pude ser alguien. Me tomaban en serio, me escuchaban, me trataban como a un adulto, dijo.Secretaria del ministerio de Relaciones Exteriores de Bonn, a los 21 años Gerda comenzó a colaborar con el servicio secreto germano-oriental con el alias Rita.Al entregarse años después a la policía de la Alemania reunificada, se enteró de que una secretaria de la Cancillería, llamada Dagmar, compartía con ella la profesión y el mismo novio espía, que a su vez tenía esposa y familia legales en Berlín oriental. 

EDANT.CLARIN.COM

El rol del espionaje

Se denomina espionaje a la práctica y al conjunto de técnicas asociadas a la obtención de información confidencial.

El espionaje jugó un rol central durante la guerra fría en relación a dos temas específicos:

   la carrera armamentista y

   la carrera espacial.

Fue en estos dos ámbitos donde ambas potencias compitieron para ver quién construía las armas más sofisticadas y destructivas por un lado, y por otro para ver quien llegaba primero al espacio.
 
 
Extracto de la serie "Super Agente 86"
 Espiar al enemigo, saber qué nueva arma estaba desarrollando o conocer el lugar donde estaban instalados sus misiles, se convirtió en una prioridad para ambos Estados.


CAMPUS.ORT.EDU.AR

Historias de espionaje

La URSS tenía un batallón de espías especializados en enamorar empleadas de ministerios occidentales. El servicio secreto ruso planificaba hasta el más mínimo detalle, lo espías recibían clases de psicología, intereses sociales, opiniones,... todo ello enfocado hacia el grupo de gente al que querían acercarse que eran estudiantes, científicos, y sobre todo las secretarias.

Espionaje por amor

Esto también era de sobra conocido en el bando capitalista, por lo que sometían a sus secretarias a sesiones de cine sobre mujeres que habían caído en la trampa, habían entrado en el mundo espía y habían fracasado. Es más, las oficinas estaban llenas de carteles con textos que decían: “¡Cuidado! Hay una clave que abre todas las cajas fuertes: el amor.

Desinformación del enemigo, el contraespionaje

Según los datos revelados con el tiempo por la CIA, cerca de 15 secretarias fueron procesadas por traición a los EEUU. Es cierto que el KGB tuvo numerosos éxitos en sus operaciones pero, es posible que uno de sus mayores aciertos fuera la desinformación del enemigo.
En el todo vale de esta guerra silenciosa también tenía cabida engañar al enemigo mediante rumores tales como la promoción de teorías falsas como el asesinato de Kennedy o incluso intentos de desacreditar a la CIA extendiendo el rumor de que el director del FBI había acusado de homosexual a Martin Luther King. Esto consiguió aumentar la tensión racial dentro de Estados Unidos e incluso difundir la creencia de que el sida fue provocado por una investigación fallida de los americanos.
Así, por ejemplo, a finales de los 50 se le encargó al agente Heinz Sutterlin conquistar a una de las secretarias del Ministerio de Relaciones Exteriores de Alemania occidental cuyo puesto fuera clave dentro de este. La secretaria elegida fue una joven de buena familia llamada Leonore. Siguiendo el plan de conquista, Sutterlin se presentó en la puerta de su casa con un ramo de rosas y preguntó por otra mujer. Al final, acabaron cenando juntos y después comenzando una relación.
Como todas la secretarias ya estaban avisadas, Leonore hizo investigar a su nuevo novio sin encontrar nada sospechoso y acabaron casándose en los 60, cuando aún ella ignoraba que Sutterlin era un agente del KGB. Para cuando se enteró, ella comenzó a pasar información bajo el alias de Lola. El periodo de espía de Leonore duró hasta el 1969, cuando el jefe de ambos se pasó a la CIA, los denunció y ella acabó en prisión; donde al poco tiempo acabaría por suicidarse.
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Rusia y EE.UU. intercambian 14 espías al estilo de la Guerra Fría

Moscú. El mayor canje de espías desde el final de la Guerra Fría estaba en proceso este viernes cuando Rusia y Estados Unidos se preparaban para intercambiar 14 agentes, desactivando un escándalo de espionaje que amenazaba la mejoría en sus relaciones.
La dramática conclusión del escándalo que concentró la atención de Estados Unidos se produjo luego de que funcionarios de inteligencia negociaron un acuerdo para que 10 espías rusos sean deportados desde suelo estadounidense, a cambio de la liberación de cuatro agentes encarcelados en Rusia.
En el primer paso de un intercambio cuidadosamente organizado, los 10 agentes rusos se declararon culpables este jueves en una corte de Nueva York de los cargos en su contra y fueron deportados inmediatamente.
Luego, cerca de la medianoche rusa el presidente Dmitry Medvedev firmó un decreto perdonando a cuatro espías que cumplían condenas en cárceles de Rusia por cargos de haber espiado para Occidente.
Algunos de los acusados en Estados Unidos abordaron este jueves un avión de Vision Airlines en Nueva York que aterrizó al otro día en Viena, dijo un testigo de Reuters.
Algunas personas fueron vistas abordando un avión ruso en el aeropuerto y luego subieron al avión de Vision Airlines.
"Estados Unidos acordó transferir esos individuos a la custodia de la Federación Rusa", informó el Departamento de Justicia estadounidense.
"A cambio, la Federación Rusa acordó liberar a cuatro individuos que están encarcelados en Rusia por supuestos contactos con agencias de inteligencia occidentales", agregó.
El escándalo se dio a conocer en un momento incómodo para las relaciones entre ambos países, justo después de que el presidente Barack Obama se reunió el mes pasado en Washington con Dmitry Medvedev en una cumbre amistosa.
Los parlamentos de ambas potencias también están considerando la ratificación de un tratado clave de reducción de armamento nuclear, algo que ninguna parte quiere poner en riesgo.
El ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia dijo en un comunicado que el canje de espías "da razones para esperar que el curso acordado por los líderes de Rusia y Estados Unidos será implementado en la práctica de manera consistente y que los intentos para desviar a las partes de este curso no tendrán éxito",
Pero el intercambio en sí -que un sitio ruso de internet describió humorísticamente como "Rusia 10 - Estados Unidos 4"- podría avivar las acusaciones republicanas de que Obama está siendo demasiado blando con Moscú.
El mayor canje de espías durante la Guerra Fría fue realizado en 1985, cuando más de 20 espías fueron intercambiados entre Oriente y Occidente en el puente Glienicke, de la entonces dividida ciudad de Berlín.
Jefes de los servicios de inteligencia de ambos países dicen que pese a las relaciones más cálidas, los dos ex adversarios de la Guerra Fría todavía financian generosas operaciones de espionaje entre sí.
El escándalo actual se dio a conocer cuando Washington informó el 28 de junio que descubrió una red de supuestos agentes secretos rusos que usaban identidades falsas para tratar de reunir datos de inteligencia en Estados Unidos.
Agentes de contrainteligencia del FBI explicaron que los rusos se comunicaban con Moscú mediante mensajes de texto invisibles ubicados en fotografías publicadas en sitios de internet, y que algunos se reunieron con diplomáticos rusos en la misión diplomática de ese país en Nueva York.

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10 novelas de espías

espias 10 novelas de espías que no debéis dejar de leer
Misteriosos, glamourosos, sigilosos, letales… Los hay para todos los gustos. Mata-Hari, James Bond, George Smiley, Jason Bourne, Jack Ryan… Nombres que están en la mente de todos cuando hablamos de espías.
Autores como Le Carré, Clancy, Fleming, Follett o Forsyth se encargaron de darles vida para nosotros, y de hacernos vivir sus aventuras como si fueran nuestras, metiéndonos en el smoking de Bond, o solventando una crísis nuclear como Ryan.
El género de la novela de espionaje suelen ambientarse en tres periodos bien definidos. Si bien tenemos espías en la antigua Roma, u otras ambientadas en el espacio exterior, lo más habitual es encontrarlas ambientadas en la Segunda Guerra Mundial, la Guerra Fría y en la actualidad.
Las novelas de espías de la Segunda Guerra Mundial (escritas durante la misma, o a posteriori), suelen tener coimo protagonistas al III Reich y a los aliados, en sus distintas modalidades. Son más bien bélicas, y sus protagonistas son a menudo soldados infiltrados tras las líneas enemigas, o comandos con identidades falsas.
Sin embargo, el apogeo de la novela de espionaje tuvo lugar durante la Guerra Fría, con los bloques soviético y americano como telón de fondo. Empiezan a aparecer las distintas agencias de inteligencia, como la CIA norteamericana, el KGB ruso, el MI6 inglés, el Mosad israelí, la Stasi alemana, el SDECE francés… El tablero de juego salta de las trincheras a las embajadas.
Por último, el mundo de la novela de espionaje sufre una cambio a principios del siglo XXI. El nuevo enemigo, una vez desaparecido el peligro del bloque comunista, pasa a ser el terrorismo islamista. Al-Qaeda y otras organizaciones pondrán en jaque a los principales gobiernos del mundo, con sus operaciones encubiertas. Nuestros protagonistas tendrán que impedir catástrofes como la del 11S.
A continuación os recomiendo, las 10 novelas de espías que no debéis dejar de leer…
El americano impasible – Graham Greene:
americano impasible 10 novelas de espías que no debéis dejar de leer
Thomas Fowler es un periodista británico, destacado hace tiempo en la Indochina francesa. Son los años 50 y la colonia da sus últimos coletazos. ¿Pero son de fiar las tropas rebeldes de Ho Chi Minh? Los americanos, que empiezan a ver lo que es la guerra fría, no lo ven claro. Y bajo la identidad de un médico en misión humanitaria mandan para allá a Alden Pyle, que debe evaluar la situación para apoyar a quien convenga, de modo que la ficha vietnamita del tablero político no caiga bajo dominio soviético. El problema es el precio a pagar. Mientras realiza su misión, Pyle intima con Fowler, pero ambos se convertirán en rivales amorosos por Phuong, una mujer vietnamita, amante del segundo.
Odessa – Frederick Forsyth:
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La historia comienza el 22 de noviembre de 1963, el día en el que John F. Kennedy fue asesinado. Un joven reportero alemán acierta a ver una ambulancia en una carretera. Persigue a la ambulancia y descubre que lleva a un anciano judío, sobreviviente del holocausto, que se acababa de suicidar. El reportero obtiene el diario del hombre, que contiene información sobre su vida en los campos de concentración de la Segunda Guerra Mundial, y los nombres de los miembros de las SS que controlaron los campos. Él se propone cazar a un Nazi que es mencionado en el diario, no solamente para tener tema para una portada sensacionalista, sino también por una razón personal más seria: su padre, un capitán sumamente condecorado de la Wehrmacht, fue matado a tiros por un oficial de las SS durante un altercado de guerra. Él cree que el Nazi que figura en el diario es el que que mató a su padre.
La caza del octubre rojo – Tom Clancy:
caza octubre rojo 10 novelas de espías que no debéis dejar de leer
Marko Ramius, un lituano que ha alcanzado los mayores niveles de confianza en la Armada Soviética, trata de desertar a los Estados Unidos con sus oficiales y el submarino nuclear experimental Octubre Rojo, un submarino clase Typhoon equipado con un revolucionario sistema de propulsión sigiloso, descrito como un sistema magnetohidrodinámico, haciendo extremadamente difícil su detección por sónar. El resultado es la última plataforma estratégica de armas, siendo capaz de moverse hasta aguas estadounidenses sin ser detectado. Esto llama la atención inmediatamente a Ryan y a los almirantes del Estado Mayor Conjunto a los que él informa.
La isla de las tormentas – Ken Follet:
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Fortaleza era una operación de contraespionaje llevada a cabo por los aliados en la Segunda Guerra Mundial. El objetivo de la operacion era desviar a las tropas alemanas de Normandía. Si el Alto Mando Alemán se convencía de que la invasión tendría lugar en Calais, los recursos utilizados en defender ese punto no podrían alcanzar el punto de batalla.
Para ello, los aliados crearon un ejército ficticio posicionado al sureste del Reino Unido. Desde el aire parecía un ejército real, pero desde tierra era un fiasco. En esta novela, Follet explora la posibilidad de que un espía alemán lograra fotografías desde tierra de este ejército irreal. Si esas fotos llegasen a poder de Hitler, el rumbo de la Guerra podría cambiar.
También desarrolla la novela varias relaciones y explora parajes inhóspitos en los que vive una británica, Lucy, con su marido impedido y su hijo. A esa tierra llega el espía alemán tras intentar sin éxito embarcar en un submarino.
Vive y deja morir – Ian Fleming:
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Después de la traumática experiencia en Casino Royale, Bond es enviado a investigar a Mister Big, el líder de Harlem, en Nueva York, quien es agente de la SMERSH y presuntamente está involucrado en el contrabando de monedas de oro, para financiar operaciones de espionaje soviético.
El topo – John Le Carre:
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En el mundo del espionaje un topo crea laberintos, encrucijadas y trampas en sus galerías, y quien intente atraparlo corre el riesgo de convertirse en cazador cazado. El jefe del espionaje británico murió sumido en viejos expedientes y recientes sospechas, convenido de que había galerías pero sin encontrar el topo. Smiley fue fiel a su jefe hasta el final, lo que le costó su puesto. Pero nuevos informes vuelven a remover al peligroso fantasma del topo, y Smiley, por supuesto, decide adentrarse extraoficialmente en el laberinto. Al final del mismo sólo encontrará una verdad: que los seres humanos somos demasiados complejos para ser clasificados con una sola palabra, ya sea “héroe”, “traidor” o cualquier otra.
La sanción de Eiger – Trevanian:
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Jonathan tiene una doble vida. De día es profesor de arte en la universidad y un experto escalador y de noche trabaja para la CII, el organismo secreto del espionaje norteamericano. Es un mercenario atípico, utiliza los cuantiosos ingresos que le proporcionan sus crímenes -sanciones- para aumentar su colección personal de cuadros impresionistas. Pero hoy, debe aplicar la sanción más peligrosa de su vida. Y deberá hacerlo mientras escala una de las montañas más mortíferas: el EIGER, en los alpes suizos en una atmósfera de peligro constante. Jonathan se adentra en un mundo intrigante, con un suspense increíble, rodeado de conspiraciones, traidores, y de una mujer muy especial.
El día del chacal – Frederick Forsyth:
chacal 10 novelas de espías que no debéis dejar de leer
La historia parte del hecho real, el intento de asesinato del entonces presidente Charles de Gaulle, cometido por un comando del grupo terrorista OAS, la captura del jefe de éstos y el fusilamiento de uno de los líderes de la organización. A partir de aquí, el escritor comienza desarrollar la trama de ficción. Con la premisa dicha por el protagonista cuando hace acto de presencia en la novela, “nadie está a salvo de la bala de un asesino”, se va tejiendo la trama de la novela.
La OAS, acosada por la policía francesa, se refugia en el extranjero, y decide contratar a un asesino profesional que dice llamarse Chacal, para que mate al presidente, para vengarse por la muerte de su líder y dar un golpe de efecto en favor de su causa. Tres eran los candidatos para contratar y finalmente un británico es el elegido. Durante toda la novela no se revela la identidad de este frío y despiadado asesino.
El caso Bourne – Robert Ludlum:
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Un agente secreto pierde la memoria y emprende la búsqueda de su identidad mientras elude a sus ex-compañeros que tratan de matarlo. Se trata de Jason Bourne, agente de Treadstone, una organización ilegal organizada por el gobierno de Estados Unidos. Bourne aparece flotando y herido en las aguas próximas a Marsella y es rescatado por un barco, allí no recuerda nada y cuando llega a puerto viaja a Ginebra donde accede a su caja de seguridad en un banco suizo. Como están buscándole y él no sabe que pasa huye, con la ayuda de Marie, con la que emprende el viaje por Francia pasando por París, donde tiene su antiguo domicilio. Allí descubre, al igual que en la caja de seguridad del banco, numerosos pasaportes con su foto y distintos nombres, armas, dinero de muchos países, etc. Él no recuerda nada, ni quién es ni por qué le persiguen.
El espía que surgió del frío – John Le Carre:
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Alec Leamas, el antiguo responsable del espionaje inglés en Alemania Oriental, tiene una cuenta casi personal que saldar con sus viejos rivales. Todos sus agentes han muerto o han sido detenidos. Pero Londres le ofrece la oportunidad de superar su frustración mediante una operación sucia y arriesgada que permitirá liquidar al máximo dirigente del espionaje de Alemania Oriental. Y Alec Leamas acepta el riesgo y la sordidez de la operación. Es un buen espía, un profesional, y sabe que el doble juego, o triple, forma parte de las reglas. Sin embargo, a medida que se adentra en la trama va comprendiendo que aquél no es su juego, que no encarna el papel de un héroe en busca de rehabilitación sino el de un pobre peón caído en desgracia que está siendo manipulado en algo más sucio y arriesgado de lo que nunca hubiera estado dispuesto a asumir.
Y esta es nuestra propuesta. Hemos extraído diez títulos, pero podríamos haber saco diez más. Ahora cuéntanos tú… ¿cuáles son tus favoritos?
Las sinopsis de los libros han sido extraídas de la Wikipedia y de La Casa del Libro. Las imágenes corresponden a las adaptaciones cinematográficas de las novelas.

Documental dedicado a la guerra fría

CAPÍTULO 21: dedicado al espionaje en la guerra fría


Serie documental de 24 capítulos imprescindible para comprender la llamada "guerra fría".
Comprende periodos desde la segunda guerra mundial y la división de Alemania por parte de los vencedores hasta la caída del muro de Berlín y la desaparición de la Unión Soviética, pasando por la crisis de los misiles, la guerra de Corea, Vietnam o la invasión de Afganistán por parte de la URSS.